Ecuador, ante el dilema del regreso de EEUU a su antigua base militar
De la base militar de Estados Unidos en Manta sólo quedan habitaciones vacías sin ventanas, polvo y maleza. El eventual regreso de un destacamento similar divide a los ecuatorianos entre el desafío de enfrentar al narco y el temor de reabrir viejas heridas tras denuncias de abusos.
Junto a sus ruinas en este paradisíaco balneario del Pacífico, sumido en la violencia, los pobladores se preparan para votar el domingo un referendo clave que definirá si vuelven las bases militares extranjeras prohibidas por ley en 2008.
La iniciativa del presidente Daniel Noboa cuenta con el apoyo de la mayoría (61%) según la encuestadora Cedatos, un espaldarazo a su ofensiva sin tregua contra las numerosas bandas narcotraficantes que siembran terror.
Pero para muchos habitantes de Manta que conviven con la pobreza y balaceras frecuentes, una nueva base extranjera "es una pérdida de tiempo y dinero".
Trinidad Rodríguez considera que el gobierno debería resolver primero otras necesidades básicas de esta ciudad turística, de unos 271.000 habitantes. "Vivimos olvidados, no tenemos ni agua", cuenta a la AFP al calor de las frituras que vende cerca del puerto pesquero.
Manta, 400 kilómetros al suroeste de Quito, ya albergó una base estadounidense entre 1999 y 2009.
Más de 15 años después, Ecuador se ha convertido en uno de los mayores aliados de Washington en la región y desempolva el plan de autorizar nuevamente las bases extranjeras.
"Vamos por todos esos a los que les dejaron hacer lo que quisieron desde 2008", afirmó Noboa la semana pasada tras acompañar a la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, en una visita a la antigua base.
Pero esta idea revive también viejos fantasmas. Organizaciones de pescadores y activistas denuncian que durante la presencia militar estadounidense en Manta hubo desapariciones y violaciones de derechos humanos.
- Denuncias de desapariciones -
Ecuador cobró protagonismo en el narcotráfico internacional por su ubicación estratégica, puerta de salida de cocaína colombiana y peruana que se vende en Europa y Estados Unidos.
En los últimos años se convirtió en el corredor más codiciado del Pacífico. Y debido a las disputas entre las mafias en 2024 fue el país con la mayor tasa de homicidios de Latinoamérica (39 cada 100.000 habitantes), según Insight Crime.
Manta, donde se cruzan yates con precarias embarcaciones pesqueras, es una de las ciudades más peligrosas del país y ya ha registrado 450 asesinatos en 2025.
"La idea de que una base militar solucionará los problemas es ingenua", sopesa la experta en seguridad Carla Álvarez, del Instituto de Altos Estudios Nacionales.
La antigua base estadounidense en Manta usaba aviones radares para detectar barcos con droga o migrantes y luego se acercaba con embarcaciones para dañarlos hasta hundirlos, según denuncias.
Para el coronel de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) Jiadachs Portilla nunca hubo una base militar norteamericana. "Ellos cooperaban con Ecuador y nosotros manejábamos las instalaciones", asegura.
Una comisión parlamentaria documentó más de 5.000 operativos del puesto de operaciones avanzadas estadounidense (FOL) en una década.
En estas operaciones hubo "violaciones de derechos humanos de los pescadores", según Álvarez, pero debido a un acuerdo los militares estadounidenses tenían inmunidad frente a la jurisdicción ecuatoriana.
María Urgiles, de 45 años, aún llora la desaparición de su esposo en un barco de pesca en 2002.
"No fueron animales los que fueron a pescar, fueron padres de familia, hijos, esposos, tíos que fueron a buscar el pan para sus hijos (...) No estamos en el triángulo de las Bermudas", se queja esta viuda, que vive en el barrio de pescadores Los Esteros, muy cerca de la antigua base.
Denuncia que la "embarcación fue hundida por la FOL" y en ella desaparecieron 18 tripulantes.
La ONG local Inredh documentó en ese caso 14 barcos hundidos, cuatro dañados, uno desaparecido y 125 migrantes sometidos a tratos inhumanos.
- Nostalgia -
Por Manta sale el atún que exporta Ecuador: el puerto mueve más de 1,2 millones de toneladas al año.
Lucía Fernández, una de las empresarias más influyentes de Manta, defiende el regreso de la base para traer seguridad y dinamizar la economía con más empleo y turismo.
"Hicieron un trabajo excelente, Manta creció y se expandió", rememora.
Para Roberto Salazar, presidente del puerto internacional, es crucial el "apoyo" estadounidense para enfrentar la "crisis".
Pero Frank Mestanza, un economista que huyó del puerto en 2022 por amenazas, difiere: los soldados "gringos" consumían poco en los comercios y "hasta el agua traían desde afuera".
"La base aportó muy poco porque la ciudad ya era segura. Si se dañó fue por otras razones y no porque salieron los militares", sostiene.
E.Roberts--CT